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En búsqueda de la identidad…Y un nuevo closet

He de admitir que pasé de ser gomelo, a ser candy y neo-candy entre mis 14 y 17 años; no me juzguen porque era lo que estaba de ¨moda¨ y aparte estaba en el colegio ¿De dónde más iba a entrar en lo que hoy conocemos como tribus urbanas?, seguro que muchos de ustedes saben de lo que estoy hablando y seguro que también pertenecieron a una, aunque no necesariamente a las que acabo de mencionar, y obviamente esas etapas quedaron atrás sobre todo cuando llegas a los 18 o 19 años y entras en un nuevo mundo como la universidad o en mi caso mi primer trabajo.

En búsqueda de la identidad...Y un nuevo closetEn búsqueda de la identidad…Y un nuevo closet

Salí del colegio y se presentó la oportunidad de trabajar; claramente los alineamientos y las exigencias en cuanto a la imagen y el vestuario cambiaron drásticamente, poco a poco traté de acomodarme en un mundo totalmente desconocido para mí y era el de la moda (En ventas , pero al fin de al cabo moda), tratar con gente que ya tenía un gran recorrido y que obviamente juzgaron como había llegado a mi primer día de trabajo, recuerdo con gracia que llegué con una camiseta polo color rosa y un jean bota campana (HORROR!!!!!! ). Sí, horror, porque recién estaban en furor los pantalones entubados, y… ¿Cuál fue la solución? – Usar ganchos nodriza para entubar mis jeans bota campana, pero lo hice porque vi que una de mis nuevas compañeras los llevaba igual.

Ahora, a mis recién cumplidos 30 años y de haber probado y fallado tanto, ya no estoy sujeto a tribus urbanas ni culturas de otros países y mucho menos a como los demás llevan puesta la ropa, definitivamente si estoy atento de las últimas tendencias pues la moda es cambiante y hay muchos diseñadores con gran talento e insisto, aunque hablo de moda, diseñadores y tendencias no es un tema frívolo, esto tiene de fondo mucho más, es la expresión de lo que somos, sentimos, pensamos, creemos y lo más importante, es lo que nos gusta sin necesidad de emitir ni una sola palabra (Podemos saber mucho de alguien solo con mirar como cuida su imagen).

Aunque sé que es muy común ver en la calle, en un restaurante o como me ha pasado a mí y a mis amigos, en una rumba!!!!!!!!!…, incómodo momento, pero ahí es donde entra la personalidad, la identidad y obviamente el buen gusto. Conclusión: No nos molestamos porque así otro u otra lleven prendas iguales a las de nosotros nunca se verán igual.

Siempre es bueno fijarse en un desfile, en una presentación de colección de alguna marca, o echarle una ojeada a una revista de moda, pues esa información nos puede servir y así lo que nos pueda llamar la atención lo adecuaremos a nuestro estilo sin necesidad de caer en las pretensiones de los diseñadores, en usar prendas extravagantes o para modelos ridículamente flacas. Por ejemplo, mi estilo es ¨Tatan Zea¨, lo armo, me gusta y solo lo defino yo; eso es lo que quiero que hagan ustedes. Comenten cuál es su estilo con su nombre y apellido, porque no queremos ser iguales a nadie pero lo que si queremos es tener nuestro propio sello.


Así que vamos a empezar por abrir nuestro closet para dedicarnos a mirar prenda por prenda, hacer un montón de lo que se queda, lo que se regala y lo que definitivamente se va para la basura; para llegar a este punto es necesario medirse todo lo que encontremos hasta en el último cajón, con el propósito de probar combinaciones e inventarse estilos diferentes y arriesgados (Nadie nos está viendo, así que podemos hacer un pequeño montaje con música y que importa si hacemos el oso por un ratico). Como resultado sabremos qué hacer con toda la ropa.

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Por último, en el proceso se darán cuenta que, por lo general, todos usamos solo el 20% de la ropa que tenemos y la idea es que con este sencillo ejercicio lleguemos a usar paulatinamente el 80% logrando optimizar las prendas que tenemos en el closet y más importante, identificar qué nos hace falta por comprar este ejercicio tendrá como resultado efectividad garantizada.

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