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Minifalda: 50 años mostrando las piernas

El bloguero de RTVE, Rafael Muñoz, hace una divertida crónica sobre la minifalda y lo que ha significado para la mujer y la cultura… ¡Una historia para no perdérsela!

Minifalda: 50 años mostrando las piernasMinifalda: 50 años mostrando las piernas

La noche temática de TVE ha presentado dos documentales que desarrollan conceptos ligados a la libertad y al poder de la mujer. Uno es “La mini en corto” que analiza la influencia de la minifalda en la revolución sexual y social. El otro se titula “Dios salve a mis zapatos” y se centra en la simbología de este complemento tan relacionado con el fetichismo, el capricho y el triunfo. Pero centrémonos en la minifalda, prenda que arrasa esta temporada.

La aventura espacial provocó un cambio radical en la estética de los años 60, un giro radical en el estilo de la moda y de la decoración. Aparecieron nuevas texturas – inspiradas en los metales de las naves espaciales-, nuevas formas –que recordaban a los planetas- y nuevas proporciones.

Los patrones se recortan. En 1965, André Courrèges provoca desmayos entre las damas y caballeros de las clases más conservadoras dando un tijeretazo a la falda de sus vestidos. Y ya nada sería igual.

Los nuevos diseños, elegantemente descarados, enseñan la rodilla y permiten lucir, mucho mejor, las botas de clara inspiración espacial. Las jóvenes, las mujeres de mentalidad abierta y la prensa recibieron esta idea con alegría, abriendo- entre todos- la puerta a una nueva época, a un nuevo estilo.


Pero aunque fueron las francesas las primeras en enseñar la rodilla, fue una inglesa la primera en proponer la minifalda. La consigna era “Ahorrar en tela, derrochar en libertad”.

Y esa libertad había germinado en la sociedad. Mary Quant dijo en una entrevista que ni ella ni Courrèges habían inventado la minifalda, que la había inventado la calle”. Desde entonces han sido muchas las tendencias que han nacido en el asfalto o un club y han saltado después a la pasarela.

En España tardaron un poco en verse pero Massiel se convirtió en la abanderada del movimiento en el festival de Eurovision de 1968. El vestido, precisamente de Courrèges, costó mil dólares y con él logró el primer puesto.

Nosotros tuvimos que verlo en blanco y negro pero años después descubrimos que era blanco y rosa.

La moda de la minifalda cuajó y dió dolores de cabeza a muchas y muchos puritanos de esa España en blanco y negro. En 1971, tres años después de que Massiel triunfara con su ‘La, la, la’ en el Royal Albert Hall de Londres, Manolo Escobar arrasaba en la radio con una sevillana que, también, ha pasado a la historia.

“No me gusta que a los toros te pongas la minifalda. La gente mira p´arriba, porque quieren ver tu cara y quieren ver tus rodillas.

Los niñatos tan pesaos no dejan de contemplarte. Me rebelo y me rebelo, y tengo que pelearme y a los toros no los veo.

Así que tú ya lo sabes, no te pongas minifalda, que los toros de esta tarde, yo tengo ganas de verlos, sin pelearme con nadie.”

Pero la minifalda, esa locomotora de libertad, era imparable. Resulta curioso que una prenda tan minúscula encierre un significado tan grande. Y aunque después, en los años setenta, la tendencia se invirtió y se llevaban vestidos largos y de estilo bohemio, la mini siempre ha estado ahí.

En los años 80, las niñas pijas las llevaban en tela vaquera o de cuadros, combinadas con camisas de cuello subido, pendientes XXL, jerséis Privata y pulseras de colores. Las que optaron por la estética gótica, punk o rock las tenían en cuero negro, lycra o denim desteñido. Fue, y es, una prenda versátil, camaleónica. Tímida y descarada, finolis y macarra, elegante y bizarra.

Se convirtieron en una prenda de día, de tarde y de noche. Ideal para el cóctel y para la fiesta, y desde luego para las bodas, especialmente para las civiles.

Versace las subió al olimpo con sus diosas de pasarela, Chanel las introdujo en el sastre de tweed y Martine Sitbon las mezcló con prendas de aire andrógino.

Después, la minifalda ha vivido una montaña rusa de temporadas, muchas veces transformada en minivestido. La hemos visto en todo tipo de texturas, con más o menos centímetros, lisa, estampada pero… siempre muy femenina.

Hoy es una de las tendencias más claras y la mini viene en las colecciones de muchos diseñadores nacionales e internacionales. Diferentes looks y distintos estilos pero una misma idea. La temporada de otoño e invierno 2014/15 ha reinterpretado la década de los sesenta y, claro está, se proponen minivestidos y minifaldas. Gucci, Miu Miu, Valentino, Louis Vuitton, Saint Laurent, Prada, María Escoté, Davidelfín, Amaya Arzuaga o Devota&Lomba son algunos ejemplos.

Coge la maleta y viaja a los sesenta. Tienes de plazo hasta que termine el invierno porque la próxima temporada, de primavera y verano de 2015, toca rendir culto a los años setenta. Así que… guarda los pantalones, ¡ llegó la hora de lucir la pierna!

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