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Combaten la pluma con plomo

Compartimos contigo la entrevista que Vladdo, uno de los caricaturistas más reconocidos del país, le concedió a una importante revista colombiana sobre el ataque terrorista a la revista francesa Charlie Hebdo.

Combaten la pluma con plomoCombaten la pluma con plomo

¿Cree que las caricaturas que provocaron este atentado eran ofensivas?

Como no soy musulmán, no me queda fácil decirlo. Pero aquí el punto no es si las caricaturas eran ofensivas o no, o si estamos de acuerdo con ellas o no, sino que a todas luces es una reacción desproporcionada para una caricatura. Desde ningún punto de vista es aceptable que un caricaturista sea víctima de un atentado criminal por cuenta de su trabajo.

En este caso inicialmente hubo unas caricaturas sobre Mahoma, pero la actitud no fue contra Mahoma sino contra el extremismo. Y luego se convirtió en una cuestión de defender la libertad de prensa, no de pelear con Mahoma. Yo creo que la intención aquí era más desacralizar el tema de Mahoma, no ofender.

El semanario había recibido amenazas y ataques desde hace varios años. ¿Cree que debieron hacer algo diferente para prevenir este atentado?


Así como cada quien es dueño de sus miedos, también es dueño de sus osadías. Si ellos creían que ese era su deber, es completamente respetable. Ahí uno no puede entrar a calificar ni a controvertir la conducta de ellos, porque eso sería darle algún grado de justificación a los que cometieron el atentado.

¿Cuál cree que va a ser la reacción de la prensa francesa: más autocensura o más valentía?

Como son los franceses yo creería que va a haber una ola de solidaridad y van a reproducir trabajos y demás. Lo otro sería aceptar los condicionamientos de los extremistas. Porque es que son extremistas fundamentalistas, no religiosos “normales”. Estos últimos puede que se molesten mucho pero no van a mandar a matar a nadie.

¿Qué salida puede tener la prensa para tratar este tema del fundamentalismo religioso?

El mejor antídoto contra eso es que la gente se pronuncie en contra y lo rechacen masivamente, y que los medios hagan lo mismo. Que en lugar de amedrentarse se envalentonen. Porque si no, terminamos haciendo lo que quieran estos caballeros y no creo que esa sea la función que la sociedad espera de la prensa.

¿Cuándo se cruza la línea de la crítica y la provocación a la ofensa en la caricatura?

Hay formas de hacer caricatura. A veces uno hace caricaturas por joder, solo por divertirse. Pero eso hace parte del oficio. En todo caso, la respuesta desde ningún punto de vista puede ser un balazo. Es muy triste que le respondan a la pluma con plomo. Yo hago las caricaturas para opinar, no para hacerme matar. Si uno en su consciencia siente que debe decir algo, lo debe hacer. No tiene por qué callarse.

Usted conoció a dos de los cuatro caricaturistas que murieron, ¿cómo eran?

Conocí a Wolinski y Tignous. Wolinski era un tipo mayor, al morir tenía 80 años, uno lo miraba con mucho respeto. Era muy bueno, hacía sobre todo caricatura erótica. Tignous era más cercano a mi generación. Un tipo divertidísimo, muy ácido y agudo, pero a la vez muy cariñoso. Estuvimos como una semana y media en Bogotá y cuando se iba nos despedimos como si fuera un familiar de toda la vida.

Tomado de Semana

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