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¿Se acerca el fin del Photoshop en las revistas?

En Francia ahora las publicaciones de las revistas deben estar acompañadas de un texto que informará de los retoques digitales a los que someten sus imágenes, ahora sí, las cosas como son…

¿Se acerca el fin del Photoshop en las revistas?¿Se acerca el fin del Photoshop en las revistas?

No es un secreto que docenas de publicaciones alteran digitalmente las fotografías de sus páginas disimulando estrías, arrugas o ‘recortando’ el cuerpo de las modelos. Ajustan de forma digital las curvas de las mujeres para adaptarlas a los rígidos cánones de belleza. Una trampa peligrosa que cimenta los estereotipos y que ahonda en la idea de que la delgadez debe ser el objetivo de cualquiera que quiera lucir sexy. Y una trampa a la que, en este mes de octubre, Francia ha puesto coto: desde ahora, las publicaciones que recurran al Photoshop deberán acompañar sus imágenes de la frase Prohographie retouchée, es decir, fotografía retocada.

“Exponer a los jóvenes a una imagen surrealista y normativa de los cuerpos conlleva un sentimiento de autodesprecio y baja autoestima”. Así justifica la necesidad de la nueva ley la exministra de Sanidad francesa Marisol Touraine, principal impulsora de la norma aprobada en 2015 y puesta en vigor el domingo, 1 de octubre. Y Touraine añade: “Estos estereotipos pueden impactar en los comportamientos de salud de estos jóvenes”.

photoshop

Esta nueva medida se suma a otra adoptada en mayo y que obliga a las modelos francesas a obtener, si quieren que su imagen sirva como escaparate publicitario y quieren ser contratadas por las agencias del país, un certificado de salud en el que un médico confirme que sus índices corporales se ajustan a los parámetros básicos de salud. Aunque la nueva ley, la relativa al Photoshop, busca ser todavía más efectiva aplicando sanciones económicas a la revistas que pretendan evitarla: podrán ser multadas con 37.500 euros o con el 30% del presupuesto de publicidad de la campaña.


Francia se suma así a la lista de países que ya tienen regulaciones en este sentido. Israel, por ejemplo, también sanciona estas prácticas. Pero la idea responde más bien a una demanda popular, impulsada principalmente por modelos y actrices cansadas de ver cómo sus figuras son alteradas ofreciendo una imagen que no se ajusta a la realidad.

Y no es necesario buscar ejemplos fuera de España. En 2015, la actriz Inma Cuesta denunció públicamente que la fotografía que sirvió para ilustrar la portada del dominical de El Periódico de Cataluña estaba claramente alterada. En su cuenta de Instagram afirmaba “no reconocerse” en la imagen: “Imagino que era necesario resaltar el azul cobalto del vestido, quitar algunos pliegues del mismo y subir los niveles de luz para hacer brillar más mi piel, pero no entiendo la necesidad de retocar mi cuerpo hasta dejarme casi en la mitad de lo que soy”, explicaba, acompañando sus frases de dos imágenes, la del ‘antes’ y la del ‘después’.

 

Verte y no reconocerte, descubrir que tu imagen está en manos de personas que tienen un sentido de la belleza absolutamente irreal. Imagino que era necesario resaltar el azul cobalto del vestido, quitar algunos pliegues del mismo y subir los niveles de luz para hacer brillar más mi piel, pero no entiendo la necesidad de retocar mi cuerpo hasta dejarme casi en la mitad de lo que soy, alisar mi piel y alargar mi cuello hasta convertirme casi en una muñeca sin expresión. No es la primera vez que pasa, pero esto sobrepasa los límites de la realidad y me avergüenza. La foto de la derecha fue sacada con mi móvil directamente del ordenador en la sesión de fotos, yo al completo, sin trampa ni cartón, Inma entera, la de al lado es una invención, es eso que se supone que debería ser… los “cánones” de belleza que “deberíamos” seguir, no me acompleja, no lo entiendo como una señal de lo que lo debería ser, sencillamente me indigna como mujer y me hace reflexionar muy seriamente hacía dónde vamos y reivindicar con fuerza la necesidad de decidir y defender lo que somos, lo que queremos ser independientemente de modas, estereotipos o cánones de belleza.

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Muchas otras figuras públicas han denunciado casos similares. Lady Gaga también criticó que la revista Glamour alterase digitalmente sus características. Y lo hizo durante su discurso en la gala anual de la misma publicación: “Mi piel era demasiado perfecta y mi pelo parecía muy suave. Y yo no soy así. Tenemos que luchar contra esas fuerzas que hacen que la gente no se sienta guapa”. Y más casos: Kate Winslet denunció que la revista GQ había reducido un tercio el tamaño de sus piernas en una de sus portadas.

“Hay que evitar la promoción inalcanzable de idea de belleza y prevenir la anorexia entre la población”, sentenciaba la exministra Marisol Touraine, consciente de que los desórdenes alimenticios son la segunda causa de muerte entre los jóvenes franceses de entre 15 y 24 años, sólo por detrás de los accidentes de tráfico. A partir de ahora, al menos en Francia, engañar al ojo de las lectoras no saldrá gratis.

Tomado de Cosmopolitan

Sobre el autor

Uriel Ardila

Redactor Vibra.

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