A veces nos damos cuenta demasiado tarde de lo malas que han sido nuestras decisiones. Compartimos algunos momentos en los que, seguramente, has abierto los ojos.
7 momentos cuando te das cuenta de tus malas decisiones
Tomar decisiones es de lo más difícil que nos toca a todos. Desde qué pedirle al Niño Dios hasta escoger entre un amor u otro, el peligro que hay detrás de tomar una determinación es equivocarse y darse cuenta después, cuando ya es irreversible. ¿Te ha pasado?
Momento #1: Cuando te echan de un trabajo nuevo por el cual dejaste uno más estable. Si no te ha pasado, que no te pase; estás bien en un cargo estable en el que tal vez no ganas mucho pero haces lo que te gusta. Eres querido por la empresa y, tal vez sin buscarlo, llega una nueva oportunidad en donde te ofrecen el doble de dinero por hacer prácticamente lo mismo. ¿Qué prefieres? ¿Lo seguro conocido o lo inseguro pero nuevo por conocer? Si te vas, por favor no le eches la madre al jefe, de pronto tienes que regresar con el rabo entre las patas.
Momento #2: Cuando te traen el plato del día y no es lo que esperabas. Decirle a un mesero “sorpréndame” puede ser una de las peores decisiones que se pueden tomar en la vida. Eventualmente te traerán un plato suculento, pero por lo general verás porciones diminutas o precisamente con el ingrediente que detestas o al cual le tienes alergia.
Momento #3: Cuando disfrutas tu primer tiempo compartido y te das cuenta de que nada es de tu propiedad. Además, descubres que no es lo mismo ser copropietario de un edificio, cuando eres dueño de un apartamento, que de un codominio, sobre el que solo tienes dominio una vez al año, en temporada baja, con mal servicio y la cancha de tenis siempre ocupada.
Momento #4: Te cambias de carrera y tampoco era lo tuyo. Si vas en quinto o sexto semestre de ingeniería y sientes que en el fondo de tu corazón eres una promesa de la actuación, no tomes una decisión impulsiva, piénsalo; si decides graduarte y seguir con el sueño de tu vida como un pasatiempo, tienes la posibilidad alcanzar el éxito en cualquiera de las dos áreas, en cambio, si fracasas en tu pasión, no tendrás un plan B.
Momento #5: Ayudar a la oveja negra de la familia. Cuando ayudas al familiar a quien todos le han dado la espalda y descubres que también te engañó, te dejó en la ruina, con deudas impagables y de pelea con el resto de tus familiares, a quienes te enfrentaste para darle una mano al susodicho.
Momento #6: Cuando tu biblioteca está vacía debido a los préstamos que has hecho. Libros, películas y hasta ropa son cosas que nunca debes prestar. ¿No nos crees? Aprenderás de mala manera que no existe forma más eficaz de lograr que una persona no vuelva a aparecer en tu vida.
Momento #7: Cuando dejas la relación oficial por una aventura. Con el paso de los meses descubres que la convivencia con ese nuevo amor va enfriando la pasión desenfrenada, convirtiéndose en casi lo mismo de lo que tratabas de huir, con la diferencia de que esta nueva persona ya está buscándote un reemplazo, pues al no haber peligro de que los pillen, la relación se ha vuelto aburrida.
Momento #8: Las pirámides. Cualquier oportunidad de negocio en la que tengas que invertir una pequeña suma inicial y vayas ganando porcentaje por la gente que traigas, es una pirámide. Te darás cuenta de que tomaste una mala decisión cuando tu “negocio” solo genere gastos y ni una sola entrada.
¿Qué otras malas decisiones has tomado? Cuéntanos!