Te compartimos cómo era Armero antes de la tragedia que conmocionó a los colombianos, pues el 13 de noviembre se cumplen 39 años de la erupción del volcán.

Armero, un municipio que antes era un ejemplo de prosperidad agrícola en el Tolima, se ha convertido en símbolo de una de las tragedias más grandes de Colombia. Casi cuatro décadas después de la catástrofe, su historia sigue viva en la memoria colectiva del país, y sus cicatrices perduran en los corazones de quienes sobrevivieron al horror.
El 13 de noviembre de 1985, a las 9:29 p.m., el Nevado del Ruiz hizo erupción, desatando una avalancha mortal de lodo y escombros que borró a Armero del mapa. Aquel fatídico día, el municipio perdió más de 22.000 de sus 40.000 habitantes, casi el 94% de su población.
Aunque los días previos ya habían sido inquietantes, la magnitud del desastre sorprendió a todos. La erupción, que fue precedida por señales de alerta como el aumento de actividad en el volcán y pequeñas explosiones, se convirtió en una tragedia anunciada. Sin embargo, la falta de acción por parte de las autoridades nacionales condenó a miles a un destino fatal.
¿Cómo era Armero antes de la tragedia?
Antes de la tragedia, Armero era un municipio agrícola próspero, apodado “la ciudad blanca” debido a sus extensos cultivos de algodón. Su economía se basaba en la producción agrícola, especialmente de café y arroz, lo que lo convertía en uno de los motores productivos del Tolima. En sus calles, los niños jugaban libremente y las familias disfrutaban de la vida comunitaria en parques y plazas.
La vida en Armero, con su arquitectura sencilla pero acogedora, parecía tranquila y prometedora. Las casas, con grandes patios llenos de árboles frutales como mangos y plátanos, eran el reflejo de una comunidad dedicada al trabajo en el campo. Los habitantes de la región, con sus esperanzas puestas en un futuro próspero, nunca imaginaron que el destino les depararía una tragedia de tal magnitud.
El 13 de noviembre, la situación comenzó a complicarse cuando, a las 4:00 p.m., la caída de ceniza comenzó a cubrir la ciudad. Sobre las 6:00 p.m., una ligera llovizna empezó a caer sobre Armero, un claro presagio de lo que estaba por venir. A pesar de los esfuerzos del alcalde Ramón Rodríguez y otros líderes locales por alertar sobre el peligro, el gobierno central no reaccionó a tiempo.
A las 9:29 p.m., la erupción del Nevado del Ruiz desató su furia, derritiendo la corona de hielo del volcán y generando enormes flujos de lodo, agua y rocas. Estos descendieron rápidamente por los ríos Lagunilla, Chinchiná y Gualí, arrasando todo a su paso. La tragedia fue imparable. A las 11:30 p.m., 350 millones de metros cúbicos de lodo cubrieron la ciudad, sepultando a miles de personas que, en su mayoría, dormían cuando ocurrió el desastre.
¿Quién era Omayra Sánchez?
Una de las imágenes más desgarradoras de esa noche fue la de Omayra Sánchez, una niña de 13 años atrapada entre los escombros. Durante horas, su rostro, lleno de sufrimiento y desesperación, fue transmitido en vivo por los medios internacionales, convirtiéndose en un símbolo de la tragedia. A pesar de los esfuerzos de los rescatistas, Omayra no logró sobrevivir, y su muerte fue un golpe devastador para la nación.
El impacto de la tragedia no solo se sintió en la pérdida de vidas humanas, sino también en la destrucción de hogares, infraestructuras y la economía del municipio. La respuesta internacional fue inmediata, con ayuda humanitaria llegando desde distintos rincones del mundo. Sin embargo, la magnitud de la catástrofe dejó una marca profunda en el corazón de Colombia.
¿Cómo está Armero actualmente?
Hoy, Armero-Guayabal, el nuevo municipio ubicado a pocos kilómetros del antiguo sitio, es testigo del esfuerzo incansable de los sobrevivientes por reconstruir sus vidas. A pesar de las cicatrices dejadas por la tragedia, la comunidad ha logrado rehacerse en muchos aspectos, aunque sigue luchando por mejores condiciones de vida y por un desarrollo económico más sólido.
La infraestructura de Armero-Guayabal ha avanzado significativamente. El nuevo municipio cuenta con servicios básicos, escuelas y centros de salud, pero la producción agrícola, que fue la base de la economía de Armero, no ha logrado igualar la capacidad productiva que tenía antes de la tragedia.
La reconstrucción no solo implicó la edificación de nuevas viviendas, sino también un esfuerzo por mantener viva la memoria de lo que alguna vez fue el próspero municipio de Armero.
El antiguo sitio de Armero, ahora un campo santo, se ha convertido en un espacio de memoria y reflexión. Monumentos, placas conmemorativas y recuerdos de las vidas perdidas se encuentran en este lugar, que atrae a turistas y familiares de las víctimas. Armero no ha sido olvidado; su historia sigue viva, y su legado perdura en la conciencia colectiva del país.
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Hoy, Armero es un recordatorio de la importancia de la prevención y la acción oportuna ante los desastres naturales. La tragedia del Nevado del Ruiz, aunque devastadora, ha dejado enseñanzas que siguen marcando a Colombia y al mundo entero.
Ahora que sabes cómo era Armero antes de la tragedia. ¿Qué opinas? Escribe lo que piensas en los comentarios de nuestras redes, ¡y dale compartir!
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