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Bienestar Angie Reyes noviembre 20, 2015
Hoy se celebra en Colombia el Día del Psicólogo, por eso en Vibra le dijimos a un psicólogo que nos contara las preguntas más absurdas que le han hecho.
10 preguntas absurdas que siempre hacen a los psicólogos
André Didyme-Dome, psicólogo de la Universidad Javeriana, nos contó algunas preguntas que, por desgracia, le hacen una y otra vez, tanto sus pacientes en consulta como amigos, familiares y hasta estudiantes universitarios.
Los psicólogos somos profesionales de la salud, científicos, no hay cabida en nuestra disciplina para la reencarnación. Es decir,los psicólogos no creemos en vidas pasadas. La regresión para los psicólogos es una exploración de los primeros recuerdos del paciente, de su infancia, de su pasado. No es una exploración para saber si antes el paciente era Juana de Arco o la Reina de Saba.
“Se desprenden de su cuerpo y lo dejan vacío para que los espíritus de asesinos en serie se apropien de este y vuelvan a la vida.” Ahora, hablando en serio, el fenómeno de “desdoblamiento” corresponde a un trastorno del sueño en el que la persona siente que sale de su cuerpo. Es producto de la sugestión, no hay ningún “desprendimiento” del espíritu con el cuerpo, así lo aseguren algunos.
Esta es la pregunta obligada que le hacen a los psicólogos en cócteles, fiestas y reuniones. Sin embargo, es una pregunta tan absurda como preguntarle a un ginecólogo si está ejerciendo su profesión a cada momento. Los psicólogos analizamos a las personas en los consultorios y en entornos profesionales que lo exigen. En los cócteles tomamos cócteles, en las fiestas festejamos, en las reuniones nos reunimos y en el consultorio analizamos.
Sí señor. Pero también somos seres humanos. Los psicólogos somos personas emocionales también y tenemos todo el derecho a llorar y a ponernos de mal genio. Tal vez esto sea producto de la confusión: las personas que nunca expresan una emoción no son los psicólogos sino los psicópatas psiquiatras, como Hannibal Lecter.
Ninguna. Los psicólogos clínicos estamos impedidos para recetar cualquier tipo de droga. Nosotros creemos que por medio del diálogo se pueden solucionar muchos problemas emocionales sin necesidad de recurrir a la química. Para recetar drogas están los chamanes y los psiquiatras, médicos especializados en trastornos mentales, como Hannibal Lecter.
Hace más de 50 años que la homosexualidad no se considera un trastorno. La homosexualidad es la orientación sexual hacia personas del mismo sexo. Si a ti te parece terrible, ese es tu problema. La homosexualidad no es una enfermedad y no amerita ningún tipo de terapia. Ser homofóbico tal vez sí.
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, consideraba a los sueños como una ventana al mundo del inconsciente. Los sueños son metáforas que nos hablan sobre conflictos, deseos reprimidos, temores y sentimientos de culpa. Cada sueño debe interpretarse a la luz de la vida de quien lo sueña. Generalizar los significados de los sueños no es psicología. Eso es terreno de libritos insulsos y sin fundamento científico que vienen gratis por la compra de galletitas saladas.
En los últimos años se ha dado una marcada tendencia de autodiagnosticarse de una manera irresponsable y “alegre”. Sentir tristeza y felicidad al tiempo no es algo inusual: en los grados y en los matrimonios estos sentimientos encontrados coexisten y no por ello se es bipolar. Los adolescentes son inestables emocionalmente por su explosión hormonal producto de la pubertad y no por ello son bipolares. La bipolaridad tampoco es un chivo expiatorio para justificar la infidelidad o la falta de ganas de ir al trabajo. La bipolaridad es un trastorno que se diagnostica de una manera seria y por especialistas.
Y seguimos con los diagnósticos “alegres”. Es muy extraño que el niño en cuestión no copia la tarea, se duerme en clase, se distrae con sus compañeros en el salón, pero es capaz de mantener toda su atención en un maratón de Naruto y puede jugar más de 4 horas seguidas Grand Theft Auto. El déficit de atención es un trastorno generalizado y no diferencia entre lo académico y lo lúdico. Y muchas veces se confunde con falta de motivación.
10. ¿Será que soy adicto al sexo?
¿Será que soy humano? Debería ser la pregunta correcta.
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Sobre el autor
Comunicadora social y periodista, especialista en creación narrativa, divulgación cultural y entretenimiento. Estoy enamorada de la escritura y la lectura, por eso ahora soy jefe de redacción del área digital de Radiopolis.
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