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Bogotá Vibra 104.9 FM 🩷
Bienestar Angie Reyes agosto 25, 2015
Tener un grupo familiar grande es divertido, lo malo son las situaciones incómodas que se pueden presentar con tus familiares políticos.
Situaciones incómodas con parientes políticos
Suegros, cuñados y otro tipo de relaciones políticas son normales en todas las familias; con ellos no nos une la sangre, tampoco los conocemos de toda la vida, razón por la cual situaciones que con primos, hermanos y padres son normales y hasta chistosas, con ellos pueden ser traumáticas.
Estas son algunas de ellas:
En muchas familias se acostumbra ir al baño o bañarse con la puerta abierta, el problema es cuando olvidamos que nos está visitando el tío político en segundo grado. Salimos de la ducha con una minúscula toalla apenas cubriendo nuestras vergüenzas para sentarnos en la taza; justo cuando estamos allí, al tío le dan ganas de ir al baño y como la puerta no tenía seguro, la bochornosa situación es inevitable.
Si tú eres quien está de visita en un hogar donde cohabitan parientes de sangre y políticos, ten mucho cuidado con los comentarios que hagas; mira siempre atentamente a la persona con quien compartes genes, pues en cualquier momento podrías cometer una imprudencia, revelando alguna mentira guardada celosamente por generaciones. Ante la menor señal, ¡sigue la corriente sin importar los disparates que escuches!
Gases, eructos, retortijones estomacales y otros tipos de ruidos corporales son tolerados sin problema entre familiares, pero resultan terriblemente incómodos si llegan a los oídos (o nariz) de algún cuñado o cuñada. ¡Qué pena! ¡Trágame tierra!
Nada peor que encontrar tu boca accidentalmente con los labios de quienes parieron a tu pareja. Darle un beso esquineado al suegro es tan incómodo que nos sobran las palabras de disculpa y nos ahogamos en nuestra baba hasta que caemos desmayadas fingiendo un ataque al corazón para evitar poner la cara.
No falta el comentario maluco que hace alusión a alguna enfermedad o condición que, por algún motivo hiere la sensibilidad de un familiar político. De nada sirve las disculpas, hay que ser claro y decir de frente que la ofensa fue sin intención, pues no había forma de adivinar que ofenderías sus sentimientos por contar tu clásico del autista o la vieja coja.
¿Cuál es la peor situación que te ha tocado vivir con un familiar político? Cuéntanos en nuestras redes sociales.
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Sobre el autor
Comunicadora social y periodista, especialista en creación narrativa, divulgación cultural y entretenimiento. Estoy enamorada de la escritura y la lectura, por eso ahora soy jefe de redacción del área digital de Radiopolis.
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