Aunque es una costumbre gringa, hoy quiero dar gracias, no con una cena familiar con un pavo rollizo como protagonista, sino con palabras.
Hoy doy gracias por la humanidad y todas las cosas interesantes que ha creado para nosotros: la estética de las artes, la filosofía, el conocimiento en general. También agradezco cada lágrima y cada sonrisa que me han sacado el cine, la literatura y la música.
Doy gracias por el amor, porque aunque a veces nos hace querer morirnos, es la fuerza que nos une a otros seres humanos y nos hace desear su bienestar a pesar de no soportarlos. El amor hace que sintamos empatía hasta por personas con las que no tenemos absolutamente nada en común. Ante sus males, decimos “no, tampoco”.
Hoy doy gracias por los animales, porque además de alimentarnos, muchos de ellos aceptan su secuestro con sumisión y paciencia, como si entendieran nuestra fragilidad emocional, acurrucándose a nuestros pies en una simbiosis desigual.
También doy gracias por los sentidos, esas ventanas por las que nuestra mente se asoma al mundo. Agradezco por cada vez que mi piel sintió el roce de otro ser; por todas las canciones que odié o tarareé mientras bailaba; por el sabor agridulce de los tomates; por los arcoíris que se dibujan, translúcidos, sobre las montañas de Bogotá y por el olor de la lluvia.
Increíblemente doy gracias al dolor, porque me ha alejado del peligro y de dolores más fuertes. Me ha ayudado a sacar callo en mi cuerpo y mi alma, haciéndome más fuerte cada vez que viene a mi encuentro. Si nunca lo hubiera sentido, seguramente no estaría aquí escribiendo estas palabras, ¿y tú?
Doy gracias a la soledad, porque me ha permitido conocer a ese extraño ser llamado Angie, que habita en algún lugar escondido de mi consciencia. Me ha dado, sobre todo, el gusto por la escritura, tal vez el más solitario y menospreciado de los oficios, pero que da sentido a mi vida, a esta vida por la que hoy doy gracias.
Lee también: ¿Y tú le das gracias a Dios por tus alimentos? (Video)
Por todo esto doy gracias hoy. ¿No tendríamos que hacer lo mismo todos cada día de nuestras vidas? Y tú, ¿por qué das gracias?