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Ponte en los zapatos del hombre, ¿cómo piensan ellos?

Dos especialistas aseguran que la inteligencia emocional es una herramienta fundamental para vivir en armonía con la pareja.

Ponte en los zapatos del hombre, ¿cómo piensan ellos?Ponte en los zapatos del hombre, ¿cómo piensan ellos?

Aquí ellas te muestran qué esperar de él y qué desean de ti.

“Las mujeres creen que ellos se ‘comportan mal’ a propósito. Dicen que son egoístas, que no les interesan los vínculos y que son ellas las que tienen que poner todo de sí mismas, para que la relación funcione y luego, se pierden en el vínculo. Se agotan, se frustran y no sienten que haya una ‘validación’ de ese ‘esfuerzo’”, afirman las terapeutas Viviana Puebla y Diana Loi del Centro Conocerse y Ser Feliz (www.conoceryserfeliz.com)

Entonces, las relaciones de pareja se tornas difíciles, complicadas y sin sentido.

¿Vale la pena amar así? Definitivamente, no. Pero para que no suceda, estas especialistas en relaciones invitan a conocer la Inteligencia Emocional en la Pareja, que se define como el aprender a respetar las naturalezas propias de cada sexo.


El objetivo es dejar atrás las ansiedades, angustias, enojos e impasse que abundan cuando hombre y mujer deciden tomar el compromiso de estar juntos.

“Es un puente de entendimiento que nos llevará a una relación más placentera, armónica y amorosa, donde cada uno podrá expresar sus fortalezas, potenciales y diferencias sin miedos ni prejuicios innecesarios”, afirman.

La base de este concepto es que hombres y mujeres perciben y operan en la realidad de forma diferente e incluso, opuesta, lo cual lleva a muchas malas interpretaciones y conflictos en la comunicación de pareja.

Sin embargo, para poder lograr un equilibrio dinámico en la relación, declaran que es fundamental aprender previamente a centrarse en uno y construir y profundizar el mundo interior.

“Esto se traduce en que en el día a día tenemos que hacer un esfuerzo consciente y disciplinado por mantener el foco en nosotras mismas, nuestras vidas, nuestros sueños, aspiraciones, personas significativas y evolución personal”, acota la psicóloga Diana Loi.

El origen de la diferencia

La terapeuta integral, Viviana Puebla cuenta que hace millones de años atrás para sobrevivir como especie, hombres y mujeres se especializaron en distintas funciones que se fueron grabando en el sistema nervioso y formación de los pasos neurales, equilibrio hormonal, percepción del entorno, conducta y habilidad para darle sentido a la realidad.

“Nuestro sistema nervioso está compuesto por tres ‘cerebros’, cada uno especializado en funciones que nos han ayudado a cumplir con los requisitos de sobrevivencia, conexión con otro y el desarrollo del carácter y valores personales”, asegura.

Estos cerebros, que son el Reptiliano, Paleomamífero y Neocortex funcionarían independientemente, y a lo largo de la vida, según los modelos recibidos y la experiencia vivida.

Entonces, para poder entender las diferencias entre la masculinidad y la femineidad, y aquello que los hace opuestos, es importante conocer estos conceptos.

Por ejemplo, en el Cerebro Reptiliano se alojan los instintos e impulsos más básicos que no tienen lógica. El Cerebro Paleomamífero, es el responsable del manejo de las emociones y las reacciones a las personas que importan y al medio ambiente, y el Neocortex, es el responsable de la lógica, la creatividad, la capacidad para tomar decisiones, poner límites, la ética, la identidad y la interacción con otros a través de la civilidad y la diplomacia.

Cada uno de ellos en hombres y mujeres se habría desarrollado en forma diferente, procesando así la realidad de acuerdo a su propia individualidad de género.

“Evolutivamente, las mujeres estamos capacitadas para comprender los procesos vinculares, ya que nuestra supervivencia ha dependido de ello, esto está muy engranado en nuestra biología y nos hace expertas en el terreno del lenguaje corporal, como por ejemplo, la distinción de las tonalidades de voz para interpretar intenciones y emociones”, afirma Viviana Puebla.

De todas maneras, asegura que los hombres sí quieren relacionarse, quieren comprometerse y formar vínculos amorosos que duren de por vida. Pero, subraya, los procesos por los cuales él va pasando en las distintas etapas de la relación son muy diferentes a los de la mujer.

“En este sentido, es fundamental tomar en cuenta que los hombres necesitan ser invitados al mundo de los vínculos y las relaciones de manera amable, ya que su expertise se encuentra en el mundo del trabajo, las competencias y las jerarquías”, sostiene.

5 consejos para entenderlos mejor

Las terapeutas de Conocerse y Ser Feliz que realizan talleres de pareja y para solteros que quieran aprender el “Arte de Amar”, entregan detalles de cómo piensan los hombres, para lograr construir relaciones más placenteras, armónicas y amorosas, “donde cada uno podrá expresar sus fortalezas, potenciales y diferencias sin miedos ni prejuicios innecesarios”, dicen.

1. Tiempos de transición: Los hombres manejan un “timing” completamente diferente al de las mujeres, especialmente, en lo que respecta a cambiar de espacios, actividades y comunicación. Esto se traduce en que a él le toma un tiempo de transición determinado el cambiar de un estado a otro, como pasar, por ejemplo, del trabajo a la casa.

“En ese tiempo, el hombre entra en una zona donde toda su atención se pierde en este proceso, lo cual no significa que nos esté ignorando, no le importemos o le dé prioridad a otra cosa, sino que está haciendo todo su esfuerzo para poder sintonizarse con nosotras y responder al nuevo espacio y situación”.

2. Comunicación no verbal: Uno de los errores más comunes que cometen tanto hombres como mujeres es creer que son iguales en la forma de pensar, emocionarse o comunicarse. “Ellos tienden a fijarse en su mayor parte, en nuestra comunicación no verbal, como por ejemplo nuestras miradas, la postura corporal, nuestros gestos y la transmisión de nuestras emociones, lo cual marca el contexto en que será acogido el contenido de la comunicación”.

Es más, comentan que hay estudios que dicen que el segundo factor en orden de importancia en que se fijan los hombres, es el tono de voz. “Por eso las mujeres tenemos el gran desafío de aprender a desarrollar y redescubrir esta feminidad enraizada en la sensualidad no verbal”.

3. Manejo del estrés: El hombre es más vulnerable a las emociones, en especial a las negativas, cuando se vive momentos conflictivos, y son el peor escenario para que las mujeres ventilen sus frustraciones y miedos con ellos. No hacerlo se llama inteligencia emocional, la que sirve para escoger el minuto adecuado, sin reprimirse.

“Es sabido que el mejor momento para hablar de las emociones conflictivas con los hombres, es en calma y cuando haya pasado la tormenta, ya que de lo contrario sólo aumentaremos la gravedad de la situación. Mientras tanto, es ideal que las mujeres busquemos apoyo, consuelo, empatía y orientación en nuestros círculos de apoyo, hasta que las aguas se hayan calmado para poder volver a la relación con una comunicación asertiva y no reactiva”.

4. Equilibrio emocional: Una de las quejas más recurrentes de los hombres es el dramatismo, densidad y negatividad emocional de las mujeres, ante lo cual ellos compensan con conductas evasivas y de negación. “No es que no podamos expresar nuestras emociones más disruptivas, sino que primero tenemos que aprender a desarrollar un estado de ánimo básico positivo junto con un equilibrio emocional, para que no recurramos a la necesidad de evacuar en ellos nuestros altibajos emocionales propios de los ciclos femeninos, y así mantener el ámbito de la pareja en su mayoría con una energía positiva”.

5. Manejo de los tiempos de pareja: Es importante comprender que los tiempos de pareja deben ser de calidad y no de cantidad. Una mala práctica femenina es la necesidad de dedicar todo su tiempo y energía a mantener la relación de pareja, adecuándose a las necesidades del hombre.

“La energía femenina se alimenta de la sensación de goce, plenitud y alegría. Esto es lo que un hombre busca en una mujer y lo que lo impulsa a mantener a su pareja durante el tiempo. En vez de estar dedicadas todo el día a ellos, es de crucial importancia dejarnos el espacio para nosotras mismas y reconectarnos con nuestra feminidad”.

Fuente: Informe21

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Sobre el autor

Uriel Ardila

Redactor Vibra.

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