Te contamos la historia de la bebé que nació en medio de la tragedia de Armero y hoy, 39 años después, cuenta la hazaña que tuvo que vivir su mamá mientras la erupción del volcán.
Foto: Canva y captura de pantalla redes sociales
El 13 de noviembre de 2024 se cumplieron 39 años de la tragedia que sacudió a Colombia, cuando el volcán Nevado del Ruíz hizo erupción en Armero. Hoy se recuerdan algunas historias intrigantes que dejó este triste suceso y algunas han dejado a muchos con la boca abierta, como el tema de la bebé que nació en este acontecimiento y ahora cuanta la historia que vivió su mamá en medio de parto.
Historia de la bebé que nació en medio de la tragedia de Armero
El 14 de noviembre de 1985, en medio de una tragedia que borró a Armero del mapa, nacía Yadi Consuelo Rodríguez. Su llanto resonó en un paisaje devastado por el volcán Nevado del Ruiz, que apenas 24 horas antes había arrasado con todo a su paso, dejando un saldo de más de 20.000 muertos y una nación en shock.
La historia de Consuelo es un testimonio de vida y resistencia, un milagro nacido del barro y las cenizas de una catástrofe que aún marca la memoria colectiva del país.
Consuelo llegó al mundo en un día marcado por la tragedia. Su madre, Elena Rodríguez, luchaba por sobrevivir a una avalancha de lodo y piedras, mientras esperaba a su hija en medio del caos.
El padre de Consuelo, Jesús Pineda, había muerto horas antes bajo la furia del volcán, dejando a la niña sin conocer a su progenitor. Pero la vida, en su forma más pura, se abrió paso entre tanto dolor y destrucción.
¿Qué dijo el doctor que atendió su parto en medio de la tragedia?
La elección del nombre de Consuelo tampoco fue casualidad. Según cuenta el médico que atendió su parto, Rodrigo Meléndez, el nombre fue una suerte de tributo y un símbolo de esperanza en medio de tanta oscuridad.
Para Meléndez, “Consuelo” no solo representaba el alivio de una pena, sino también un recordatorio de su primer amor, la mujer que marcó su vida y que, en ese mismo instante, se encontraba bajo las circunstancias más inusuales y extremas.
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El médico recuerda cómo encontró a Elena en una situación desesperante: en una camilla improvisada hecha con tablas de una casa enterrada por la lava, y con su cuerpo cubierto de barro y sangre. “Cuando llegué, me dijeron que había una señora en trabajo de parto, y la encontré en medio de una montaña de cuerpos y escombros”.
Fue el relato de Meléndez, quien a sus 24 años enfrentaba un desafío mucho mayor que el simple parto. En ese momento, la tensión era máxima: el riesgo de infección, el sangrado, la falta de condiciones sanitarias… Todo estaba en su contra.
¿Qué complicaciones hubo?
Meléndez, que desde niño había vivido con las secuelas de la poliomielitis, no contaba con un brazo completamente funcional. A pesar de ello, se obsesionó con la idea de ayudar a traer al mundo nuevos seres humanos, a pesar de la parálisis parcial que afectaba su brazo derecho.
En esta ocasión, sus limitaciones fueron aún mayores, pero su destreza y determinación prevalecieron. “Tuve que improvisar, incluso utilicé los cordones de mis zapatos para cortar el cordón umbilical”, recuerda con una mezcla de admiración y nostalgia.
El parto de Consuelo fue un milagro. En medio de la tragedia, con cadáveres flotando en el agua y el aire impregnado de la peste de la muerte, la bebé nació sana y salva. “Fue como un rayo de luz en la oscuridad, algo que no podíamos creer en ese contexto tan macabro”, comenta Meléndez, comparando ese momento con la famosa escena de “El Rey León”, cuando Rafiki muestra al pequeño Simba al mundo.
Pero el milagro no terminó con su nacimiento. En ese mismo contexto de caos, Consuelo estuvo a punto de convertirse en una víctima más de los males que asolaron a Armero. Según la Fundación Armando Armero, que busca a los niños desaparecidos, más de 500 menores fueron secuestrados por individuos que se aprovecharon de la tragedia para hacer negocios ilícitos.
“Consuelo sobrevivió, en parte, porque estaba recién nacida y no podían separarla de su madre”, dice Meléndez, quien también fue testigo de la crueldad de aquellos días.
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¿Qué dijo Consuelo sobre su historia?
Aunque los recuerdos de Meléndez y de Consuelo siguen frescos, la historia de su nacimiento está marcada por una profunda tristeza. Elena Rodríguez, su madre, falleció en 2020, pero no sin antes compartir con sus hijos las historias de esa noche infernal.
“Recuerdo que mi mamá me contaba cómo, embarazada de mí, tuvo que escapar de la lava y cómo casi no lo logra, pues no aguantó y me tuvo”, dice Consuelo, quien, a pesar de las penurias, guarda un recuerdo ambivalente de su nombre. “Yo nunca quise llamarme Consuelo, pensaba que cuando fuera adulta me lo cambiaría, pero al final no lo hice”, dice, sonriendo con cierta melancolía.
Hoy, 39 años después de la tragedia, Consuelo vive en Bogotá, donde ha tenido cuatro hijos. Uno de ellos falleció en un tiroteo relacionado con pandillas, otro capítulo doloroso en su vida, que parece estar marcada por las tragedias. Sin embargo, su historia sigue siendo un testimonio de fortaleza y sobrevivencia, un reflejo de la vida que renace incluso en los momentos más oscuros.
El nombre “Consuelo” sigue siendo un recordatorio de la esperanza en medio de la desesperación. La hija del volcán, nacida entre la devastación, sigue demostrando que, aunque la naturaleza pueda despojarnos de todo, la vida siempre encuentra una manera de abrirse paso.
Ahora que sabes de la historia de la bebé que nació en medio de la tragedia de Armero. ¿Qué opinas? Escribe lo que piensas en los comentarios de nuestras redes, ¡y dale compartir!
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