¿Las coincidencias no existen? Esta es la realidad

Hay quienes consideran que las coincidencias no existen y que todo tiene una explicación lógica, por lo que te contamos qué tan cierto es eso.

Algo bastante común en la vida diaria es atribuirle a la suerte la responsabilidad de los sucesos que en principio parecen no tener ningún tipo de explicación lógica. Es por eso que las casualidades son una especie de comodín para darle un significado a cada cosa extraña, pero se cree que esto sucede porque al ser humano le perturba cualquier cosa que sea aleatoria, por lo que siempre hace falta encontrarle un sentido. Puede que suene un poco enredado y la verdad es que lo es, así que a continuación te contamos un poco más al respecto.

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Qué son las coincidencias de la vida 

Antes que nada, es necesario saber qué es eso de las coincidencias, pues se trata cuando hay dos o más sucesos o cosas que se repiten sin ninguna razón. Un ejemplo de ello podría ser que te encuentres con el mismo número varias veces en el día. Estas se caracterizan por estar asociadas con el azar y/o la suerte, pues a simple vista no hay otra explicación para dichos sucesos. 

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¿Las coincidencias no existen?

La verdad es que no hay una respuesta completamente acertada cuando surge la duda de si existe la coincidencia o no, pues esto hace parte de las creencias propias o de la cultura. Hay quienes le atribuyen la responsabilidad al karma y dharma, que se trata tanto de las consecuencias que se deben pagar por las acciones en vidas pasadas como de los deberes espirituales que se deberían seguir. 

Por otra parte, los expertos son los que se han encargado de desmentir la existencia de las coincidencias y afirman que estás aparecen porque el ser humano es demasiado racional. Esto se traduce en que las personas necesitan tener todo bajo control para estar tranquilas y los sucesos sin explicación pueden ser perturbadores, por lo que una respuesta rápida y “lógica” es decir que fue cuestión de azar. 

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Freud: las coincidencias no existen

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, en su momento afirmó que las coincidencias no son más que repeticiones involuntarias, lo que quiere decir que son sucesos similares pero aislados que no se contemplan. Esto lo defiende en el libro Lo siniestro, argumentando que solo las personas que realmente están acorazadas contra la superstición no se ven tentadas a atribuir estos hechos a la superstición. Otra de las ideas es que se trata de una asociación inconsciente con un suceso del pasado y que la mente se encarga de unir las cosas sin que tengan algún tipo de relación directa.  

Casualidad en el amor 

Se ha dicho mucho que existen las casualidades en el amor, algo que se puede evidenciar en muchas historias que parecen salidas de las películas. Esto se puede explicar con la sincronicidad, explicada por Carl G. Jung, y que dice que es la unión de acontecimientos interiores y exteriores que no se pueden explicar pero que tiene sentido para la persona que lo observa. Así las cosas, cuando dos personas se encuentran por “casualidad”, realmente hay sucesos lógicos para cada uno que los lleva a encontrarse en determinado momento. 

Qué significa coincidir mucho con una persona 

Una de las situaciones que más llama la atención es el hecho de encontrarse a alguien por casualidad en reiteradas ocasiones, algo que tiene lógica si se analiza a profundidad, pues podría ser que comparten gustos, frecuentan los mismos lugares o tienen actividades similares. Pero hay quienes consideran que se trata de una conexión que va más allá de lo lógico y se cree que es porque la vida, el destino o hasta Dios los ha puesto en el mismo camino. 

Las personas que conoces no son por casualidad 

Una de las ideas más famosas es que las personas no llegan por casualidad, pues la llegada de alguien nuevo a nuestra vida podría ser señal de que tiene una misión específica por cumplir. Esto va de la mano con la teoría del acuerdo de almas, el cual sostiene que antes de llegar a la Tierra elegimos a todas las personas con las que nos vamos a cruzar en vida para que cumplan un rol específico. Eso incluye a las parejas, familiares, amigos y hasta las personas que solo vemos una vez en la vida. Claramente, no hay evidencia de esto y simplemente se trata del nivel de superstición de cada persona. 

Qué significa ver el nombre de alguien en todos lados

Nuevamente, puede parecer que existe una conexión entre tú y esa persona, pero se ha demostrado que esto tiene una explicación más lógica. Una investigación de la Universidad de Nueva Jersey, en Estados Unidos, encontró que cuando alguien escucha el nombre propio el hemisferio izquierdo del cerebro se activa con más fuerza que al oír el de otra persona. Aunque afirma que al repetir el nombre de alguien más repetidamente este también empieza a generar una mayor respuesta neuronal. Esto quiere decir que al pensar mucho en alguien vas a empezar a estar más pendiente de su nombre y, por ende, es probable que lo encuentres con mayor facilidad en tu día a día. 

“La casualidad no existe, nos conocimos por dos razones”

Seguramente más de una vez alguien te ha dicho “la casualidad no existe, si te conocí fue por algo”, pues es una justificación rápida para el vínculo que que mantienes con esa persona. A esto se le atribuyen dos razones para conocer a alguien, que sea una lección o que sea una bendición. El primer escenario quiere decir que en el destino puso a esa pareja como forma de enseñanza en una eventual ruptura. El segundo escenario se refiere al encuentro con el amor de la vida y con quien se daría una vida juntos definitiva. 

Si no pasa también es una señal: significado 

Siguiendo con la idea de que nada es casualidad ahora nos encontramos con las cosas que no ocurren, algo que se enfoca especialmente en las relaciones de pareja que no llegan a funcionar. Básicamente esto significa que cuando las cosas no toman el rumbo que uno esperaría es porque el destino, Dios o en lo que se crea, no quiso que sucediera porque era lo mejor. Pero apelando a la lógica, se trata de una especie de consuelo para poder afrontar las pérdidas, del tipo que sea, de una forma más sencilla. 

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