Comúnmente la hiedra y sus cuidados parecen ser complicados, pero la verdad es que suele florecer fácilmente sobre todo en espacios que le permiten extenderse con rapidez.
Alguna vez quizá hayas escuchado nombrar la hedera, pues bien te están hablando de la misma hiedra, una planta trepadora de más o menos 15 especies que suele crecer con velocidad en fachadas y espacios al aire libre.
Seguro te intriga saber los cuidados de un árbol de jade o de una hiedra en casa, así que nosotros te vamos a contar todo lo que debes saber sobre esta enigmática planta que se vería muy linda para adornar tu hogar.
Hiedra en maceta cuidados
Aunque te hemos dicho que le van muy bien los exteriores, una gran manera de controlar su crecimiento puede ser en una maceta. Allí, deberás cuidar importantes aspectos como:
- Brindarle un lugar con buena humedad.
- Dejarla en un espacio con una cantidad importante de luz pero en el que no reciba mucho viento pues esto podría quemar sus hojas.
La hiedra tiende a expandirse bastante, por lo que según vaya haciéndose más robusta es recomendable trasplantarla en primavera más o menos cada dos o tres años.
Cuidados de la hiedra en interior
La hedera suele ubicarse en lugares para decorar y tener un ambiente armónico y agradable. Ubícala en un espacio en el que le llegue luz, pero no esté expuesta directamente a los rayos del sol. Para mantener sus tallos fuertes, deberías hacer un proceso de podado recortándole las puntas una o dos veces al año, especialmente si la cambias de maceta.
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Hiedra cuidados exterior
Expuestas en terrazas y jardines, las hiedras encuentran en temperaturas entre los 12º C y los 20º C, sus mejores condiciones para florecer. Si tu idea es permitir que crezca en la fachada para adornar, debes saber que la poda constante hará que no invada lugares en los que pueda estropear cableados y cosas por el estilo.
Hiedra cuidados y riego
Respecto a su hidratación y riego, no ese necesario agregarle mucha agua. En temporadas de climas cálidos, con regarla unas dos veces por semana bastaría, mientras en semanas de temperaturas frías, podría ser una sola vez. Lo más aconsejable para abonarla, es hacerlo cada 15 o 20 días disolviendo el producto con el agua de riego.
Debido a que tiene un ritmo de crecimiento muy ágil, en exteriores podría robustecerse entre 10 y 20 centímetros por año. En interiores, su crecimiento podría ser mucho más lento, de milímetros al mes y unos 5 centímetros cada año.
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